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Tic... tac...

 

Lo más gracioso es que creo que no te lo vas a creer. No sé si te ha sucedido. Espero que sí... si no tendré que ir a un psicólogo... a la mierda el psicólogo, paso.

 

Estás por los suelos. Y conoces muy bien el motivo. De hecho es justificable... y si no lo es te da igual. Pasan los días y sigues coleccionando sueños rotos. Tu cuerpo está destrozado y tu alma deshecha. El esfuerzo ha sido tan grande... y tienes la sensación de no haber avanzado un solo paso, cuando en realidad te sientes como si hubieses hecho una maratón.

 

Siguen pasando los días. Y de repente una tarde... oyes algo... casi inaudible... no llega ni a ser un susurro... muy flojito... y muy despacio... en tu oido... como si alguien pegase sus labios a tu oreja... suave... con más aire que voz... lo oyes... más bien... lo intuyes... tic... Y DESPARECE! Levantas tu cabeza y miras a tu alrededor... evidentemente no hay nadie.

 

Pasan más días. Ya no te acordabas pero vuelve a suceder. Esta vez le precede una especie de carcajada. Pero como si a alguien se le escapase sin querer... tac... Antes de volver a levantar tu cabeza abres lo ojos. Porque sabes que no vas a ver a nadie... pero crees ser más consciente de que ha ocurrido.

 

Otra vez pasan días... pero esta vez menos. Quizás porque ya lo esperas. Ahora no suena tanto a susurro... es más... suena burlón...escurridizo... tímido y es muy rápido; tic-tac! Sí, ha sucedido. Lo sabes. Evidentemente no ves a nadie.

 

Ya no estás en el suelo tirado... estás en el suelo sentado... esperando. Incluso sonríes porque sabes que, en algún momento, se va a repetir. Solo que esta vez no es tímido sino todo lo contrario. Es descarado. Y picaresco. Y se va creciendo... tic... tac... tic... tac... tic!... tac!... tic!...tac!...TIC... TAC... TIC... TAC... TIC!... TAC!... TIC!... TAC!...

Por un momento hay un silencio... solo un momento... porque sabe que en ese momento estás prestando más atención que nunca... y ya ataca sin piedad... pero lo hace por tu bien... tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac,... ... ... ... ...

 

Entonces te das cuenta. Es un aviso. Es tu conciencia. Quizás tu musa. Te está esperando para que cumplas todos y cada uno de tus sueños. Y mientras oigas ese descarado tic-tac querrá decir que aún estás a tiempo de cumplirlos. Que cada paso... por pérdido que parezca, está sirviendo para hacer el camino.

 

Vamos a echarle un par de pelotas de elefante... que ya está bien la cosa, no?

 

Julián Candón

 

Dedicado a Nona Valle... y a los que les quedan sueños por cumplir...

Suerte en vuestro camino y que Dios os bendiga.

 

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