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EL FANTASMA DE LAS BECAS

 

A mi hermana,

y a todos los que alguna vez se han enfrentado a él.

 

El pasado viernes tuvo lugar la ceremonia de graduación de mi hermana, y eso, sin querer pecar de monarca, me llena de orgullo y satisfacción. Pero mi orgullo se duplica cuando pienso que para ella, el reto no ha sido como para la mayoría, sino que ha tenido que enfrentarse a un sistema educativo en el que no todos somos iguales. Por eso, hoy vuelvo a quitarme el sombrero ante ella.

 

Con motivo de la graduación esta semana se me han venido a la cabeza muchos recuerdos: el día que nació, su primer día de colegio, cuando me pedía que le explicara algo, cuando entro en el Instituto… Todo muy rosa.

 

Pero de pronto emergió de mi memoria otra escena, ésta bien distinta: Ya mayorcita, mi hermana se cuestionaba si entrar en la Universidad era lo más adecuado para ella o si, por el contrario, era más recomendable estudiar un ciclo formativo. Yo sabía que ella realmente quería estudiar una carrera. ¿Por qué, entonces, me venía con esas dudas? ¿Cuál era el motivo para cuestionarse aquello? Muy sencillo, mi hermana ya no era ninguna cría y sabía que a partir de ese momento, estudiar y costearse la vida durante los años que durase la carrera le iba a suponer un pellizco. Su temor era la posibilidad de no poder concluir sus estudios en caso de que algún año, por el motivo que fuese, le faltase la beca.

 

Seamos claros: en una época en la que nos vanagloriamos de que todos somos iguales, mi hermana entro en este juego con menos cartas que la mayoría. Y es que, tal y como dije en alguna ocasión, las clases sociales existen, y allá donde haya clases, nunca habrá igualdad.

 

Se podrá argumentar que precisamente para eso se inventaron las becas, para compensar ese desequilibrio social. A ello respondería que si a una rueda pinchada le pones un parche, debajo del parche permanece el pinchazo. La beca es un parche, no acaba con la desigualdad. Si no, ¿por qué, mientras unos estudian la carrera tranquilamente, sin temores, otros tienen que pasarse los años correspondientes con el fantasma de la pobreza constantemente a sus espaldas, con la presión y la amenaza de perder el derecho a beca al mínimo tropiezo? Para los de nuestra clase, una beca no es una opción, no implica un dinero extra, no es un premio ni  un regalo. Para los de nuestra clase, una beca es una necesidad, es decir, algo imprescindible, la línea divisoria que marca la diferencia entre seguir estudiando o no; es el recordatorio de que perteneces a una clase en la que tienes que demostrar constantemente que eres el mejor si quieres tener los mismos derechos que los demás, independientemente de que esos “demás” sean unos buenos estudiantes o unos lerdos.

 

Admito mi torpeza: Me cuesta comprender que a estas alturas, cuando todo el mundo asegura estar de acuerdo en que la Educación es un derecho humano, aun haya que pagar para acceder a él.

Mientras los estudios superiores no sean de carácter gratuito, no podre considerar a España como un país desarrollado, ya que negar, restringir o condicionar por motivos económicos el derecho a dichos estudios implica, a mi parecer, la negación de la igualdad misma, y no se puede considerar desarrollado a un país que no garantiza al 100% esa igualdad.

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3 comentarios

Ana Mari -

Hola holitaaa. Bueno muchas gracias por la dedicatoria, para mí es todo un homenaje :) También gracias a los que me habéis felicitado, deseádme buena suerte que aún me quedan varios exámenes!! Llevas razón Pedrín, de cara al mercado laboral yo tengo el mismo título que otro sin dificultades económicas, pero nosotros sabemos que yo y otros como yo, tenemos más mérito (soy humilde, pero lo que es, es). Como bien dices, yo me tuve que plantear el futuro no sólo por lo que realmente quería sino por lo que podía, me arriesgué y me salió bien la jugada, pero mi trabajo me ha costado. A ver si algún día esto cambia, aunque de momento está claro que no... (En Sevilla quieren poner los créditos cada vez más caros si te matriculas por segunda o tercera vez...).En fin, que me alegro de que mi familia esté orgullosa de mí :)

MariÁngeles -

Me quito el sombrero, enhorabuena Ana Mª.

Totalmente cierto Pedro; "el fantasma de la beca" también estuvo sobre mí atosigándome constantemente durante los años en la universidad mientras que otros, "los niños de papá" hoy premio Alfaguara, como mi queridísmo Andrés Neuman, pasaban sus años académicamente "de vacaciones", puesto que si yo tenía que coger "obligatoriamente" unas 14 ó 15 asignaturas (que tenían que ser aprobadas excepto una y entre las otras tenía que conseguir al menos un notable para que me diesen la jodida beca, una literal locura), "otros" como el citado, se tomaban el curso con las 3 ó 4 que más le interesaban, pues ya se estaba labrando su perfil "literario" acomodándose en los demartamentos de aquellos que lo iban a apadrinar en el futuro (García Montero y demás).
Ésta es sin duda la realidad, compañero, y no lo que el sistema "demócrata" quiere inspirarnos.
Lo peor es que después de licenciarte/diplomarte, siguen "obligándote" a "comprar" doctorados, méritos, idiomas, academias, etc, porque si no los haces y engrosas tu CV no eres nadie,así que siguen "chupándote" dinero que consigues a duras penas(por ejemplo, trabajando en la hostelería, porque eso es otra historia, el título "pelao" sirve para "meterlo en manteca" o trabajar en "algo de lo tuyo" con unas condiciones laborales pésimas, te explotan vaya).
Cada vez me da más asco esta situación; sin embargo, hablamos de fútbol y a "nuestra" selección española les pagarán una Prima a partir de cuartos de final bastante considerable, siendo de "500 mil euros" por jugador en el caso de que ganen el mundial, con dos cojones el Estado Español, eso es, a cohesionar y nacionalizar bien al poblacho.
¿De qué va este país? De progre illo, de progre.

Julián Candón -

Felicita a tu hermana... por la distancia no he tenido la oportunidad muchas de las cosas que has comentado. Pero sí recuerdo a esa pequeñaja mientras Iron Maiden sonaba en un pequeño casette en la habitación donde pasé varias horas con vosotros.

En su momento dejé de estudiar... fue una decisión tomada con rabia y tristeza (aunque no todos lo saben) Y ese pellizco me persiguió durante mucho tiempo. Hoy me siento orgulloso de donde estoy y cómo he llegado. Pero la cosa está jodida y hay que reconocer el mérito a quien se lo gana.
De nuevo, felicita a tu hermana.