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Reflexiones. Opinion

Pérez Reverte

Ahí os dejo un artículo sobre Pérez Reverte

Patente de Corso, por Arturo Pérez-Reverte

Aquí os dejo el artículo que ayer publicó Arturo Perez-Reverte en XL Semanal.

No tiene desperdicio.

LAS TIENDAS DESAPARECIDAS

Ahí os dejo un artículo: http://centaurodeldesierto.blogia.com/2009/101101-dias-de-accion-mutante.php

 

Radio Celeste, por Pedro Perez Linero

Radio Celeste, por Pedro Perez Linero

LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA

 

Hace tiempo recibí un correo electrónico que trataba sobre la niñez, sobre esa infancia en cuyo recuerdo tanto nos agrada recrearnos de vez en cuando. Era, por tanto, un texto simpático y lleno de ternura. Daba a entender que éramos felices durante la infancia y que, por lo tanto, ahora que somos adultos deberíamos aprender de ese niño que fuimos para así lograr ser un poco más felices en el presente. Ya saben, la típica reflexión sobre sacar el niño que llevamos dentro y todo eso, cierta a mi entender hasta cierto punto pero que, en ese correo, no sé bien por qué, se me antojó un tanto superficial. Quizás fuera porque me pareció muy edulcorada –por lo general, estos dulces de Internet me empalagan bastante- o porque comprobé una vez más que las personas no recordamos las cosas tal como fueron realmente, sino que las recordamos como nos da la gana.

El caso es que me pregunté: ¿Nadie recuerda ya, por citar sólo un par de ejemplos, al matón que nos hacía la vida imposible en el colegio o al monstruo que habitaba debajo de la cama? En más de una ocasión me he planteado –así, por no pensar en cosas más serias- que los niños no deberían tener patas en sus camas, que éstas tendrían que situarse a ras de suelo para así desterrar al dichoso monstruo. Por esa misma regla de tres también se me ocurre que tendríamos que suprimir los interminables pasillos que conducen al cuarto de baño y rogad a los payasos de porcelana que dejen de dar tan mal rollo, que no se les ocurra guiñar un ojo en plena noche o girar la cabeza mientras el pobre crío intenta inútilmente conciliar el sueño.

En fin, lo único que pretendo decir es que la infancia, además de su lado entrañable -que, por supuesto, no voy a negar-,  también posee sus preocupaciones, sus demonios, y que los niños, además de jugar y pasárselo pipa poniéndose de barro hasta las orejas, también lo pasan mal. Pensemos, por ejemplo, cuántos casos hay en los que la infelicidad de un adulto tiene su raíz precisamente en la niñez.

Creo, humildemente, que cada edad nos brinda su propio tesoro, y que en nosotros reside la capacidad para sacarle provecho. Por supuesto, siempre habrá experiencias buenas y malas, experiencias maravillosas y experiencias terribles, pero es que si no fuese así no estaríamos hablando de la vida.

Quizás para mí sea fácil decir todo esto porque apenas tengo treinta y dos años y porque considero que hasta la fecha no me ha ido mal del todo.

Habría que ver, claro está, si pienso igual pasados unos años.

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RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

DECISIONES

 

Paseaba tranquilamente con un amigo por las calles del centro -los paseos deben ser tranquilos, si no, dejan de ser paseos- en busca de un café, mientras hablábamos sobre el futuro a medio plazo. Bueno, en un principio hablaba mi amigo, pues fue él quien sacó el tema de conversación. Yo, por el momento, me limitaba a callar y a escuchar.

Me comentaba mi amigo las diferentes opciones que se le planteaban una vez que hubiese adquirido un nivel "medio que" de Inglés y decidiese abandonar Edimburgo.

Algunas de esas opciones parecían responder a fines más o menos prácticos y sin desentonar con lo que ha sido su currículum vitae hasta la fecha: Ampliar sus estudios, continuar el aprendizaje del Inglés en otro lugar, trabajar..., ya saben, esas cosas.

Otras, en cambio, delataban al soñador, al romántico, al que no renuncia a la posibilidad de llevar a cabo ese tipo de acciones que parecen pertenecer más bien a un mundo paralelo al que nos han inculcado, pero que en realidad conectan más fielmente con los deseos más profundos del individuo, que no entienden de impuestos, hipotecas o ascensos profesionales.

Todas las opciones le parecían atractivas, y le inquietaba el hecho de que elegir una de ellas implicaba renunciar a todas las demás pues, como diría mi madre, no se puede estar en misa y repicando a la vez.

En ese momento se me vinieron a la cabeza, a modo de brevísimo sumario, todas esas personas que, por unas razones u otras, viven privadas de esa capacidad de decisión sobre su futuro, o ésta se les muestra bastante limitada; bien debido a alguna enfermedad o minusvalía, bien porque su itinerario vital está más que programado por terceras personas o por su cultura, bien debido al régimen dictatorial de turno, bien porque pensar en el futuro es pensar en una ficción -pues viven oprimidos por la monstruosidad, terrible, de la guerra y/o el hambre-, etc.

El caso es que mientras pensaba en estas cosas, no dejaba de escuchar a mi amigo, y sus palabras llenas de futuro e incertidumbre. Se le veía inquieto, levemente preocupado, por lo que decidí pasar a la acción y abrir finalmente la boca para, de este modo, transmitirle todo mi apoyo:

- ¡Qué putada La Libertad!- le dije.

- Sí, tío, ¡qué putada!- contestó riendo.

Llegados a este punto, dejamos el futuro a un lado y nos pedimos un café.

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...DeSaFiOs, MeTas, PrOyEcToS...

...DeSaFiOs, MeTas, PrOyEcToS...

Me gusta nadar en el mar alborotado. Luchar con las olas, demostrarme que puedo más, que mi fuerza es insuperable y puedo llegar más lejos. Avanzo un poco más adentro y me doy cuenta de que realmente no soy nada, la marea juega conmigo y mi vida empieza a correr peligro. Cansado, agotado, sin apenas aire consigo llegar a la orilla y salvar mi valiosa vida. Miro al mar otra vez y con mis ojos, apenas alcanzo a decirle...“espera que me recupere porque dentro de un rato vuelvo a pelear contigo”...

http://centaurodeldesierto.blogia.com/2009/072101-la-tele-de-calidad.php

Un nuevo artículo.

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

MIS PRIMEROS TRENES

 

Si alguna frase célebre pronuncié durante mi tierna infancia, fue aquella de "¡Irua, qué de pelotes! ¡El tren se va a pinchar!".

Se trataba de mi primer trayecto en ferrocarril, un breve recorrido entre la desaparecida Estación Plaza de Armas -ahora centro comercial, en Sevilla- y el apeadero de La Rinconada.

Mi madrina, que venía en el tren, aún se ríe cuando lo recuerda, y a mí jamás se me olvidará que ese día aprendí mi primera lección ferroviaria: Los trenes no se pinchan.

Después vinieron más lecciones, y éstas llegarían de la mano de mi padre.

Pasábamos tardes enteras en el apeadero, viendo trenes pasar y caminando por los alrededores.

Fue así como aprendí a mantener el equilibrio sobre una vía muerta o a distinguir un sencillo tren de cercanías de un Talgo o uno de mercancías. También recuerdo trenes cargando grandes cantidades de automóviles, y haber presenciado en ocasiones los cambios de aguja, así como los semáforos, que antes creía reservados sólo a calles y carreteras.

De vez en cuando, si mi padre tenía que ir a Sevilla por algún motivo, la fortuna me sonreía y me llevaba con él.

Entonces los trenes de cercanías no parecían autobuses urbanos, como actualmente, sino que emanaban un cierto toque hogareño.

Eran de color azul con algunas partes en amarillo -"los días azules", decía la publicidad-, y los vagones se hallaban divididos en compartimentos, a modo de pequeñas salas, donde los asientos eran de un escay un tanto rancio y, las ventanas, además de venir provistas de cortinas, se podían abrir -menuda temeridad-.

Los billetes de tren todavía no parecían tickets de compra del Mercadona, sino que se presentaban como gruesas tarjetas amarillas impresas mecánicamente. Me gustaban, me gustaban mucho; de hecho, aún conservo alguno de aquellos billetes.

Pasaron los años. Dejé de coger trenes de la mano de mi padre y empecé a coger mis propios trenes. Comencé a viajar por mi cuenta y a construir mi propio itinerario -o destino, si prefieren llamarlo así-, llegando a estaciones a las que mi padre, por haber pertenecido a una generación más desfavorecida -la que nació y creció en plena postguerra- nunca ha podido llegar.

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Otros blogs

Yo soy autor de otro blog y a veces he invitado a visitarlo. Insisto en la palabra "invitar". He puesto mi artículo y luego he puesto el enlace a mi blog. Si sólo ponéis el enlace al artículo de vuestro blog, no me estáis invitando a visitaros sino obligando y no lo veo lógico. Como no creo que lo hagáis con mala fe yo os "invito" a que colguéis el artículo completo aquí, en el pluma y luego deis el enlace para los que quieran profundizar en vuestro trabajo paralelo.

Un saludo de buen rollito a los compis blogueros.

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

MARCHANDO UNA DE FEISBUK

 

Me preocupan mis amigos, de verdad, me preocupan bastante. Temo que se me estén volviendo tontos o algo parecido. No sé qué ocurre, pero me da a mí que podría ser contagioso. Verán, les cuento:

Todo empezó del modo en que suelen empezar estas cosas, de una manera inocente. Nadie quería, pero todos caímos.

Hace dos veranos, un reducido grupo de doscientos mil españoles invadió durante un par de meses el hostal donde vivía en Edimburgo. "Ellos tendrán Gibraltar -decían-, pero Edimburgo es nuestra", y así se pasaron el veranito, con la excusa de mejorar el Inglés mientras trabajaban en algún empleo de media jornada para irse de birras la otra media.

El caso es que al final del verano, no sé cómo, cuando quise darme cuenta, me vi formando parte de una de esas redes sociales de Internet -Facebook, en adelante Feisbuk- para así mantener el contacto con ellos y con otros, de diferentes procedencias, que iban pasando por el hostal y con los que uno acababa teniendo cierto apego.

Se fueron sucediendo los meses y, de vez en cuando, recibía un correo en mi cuenta que decía algo así como: "Fulanito de Tal quiere ser tu amigo. ¿Aceptar?". Sólo faltaba que dijera "Venga, tío, ¿le vas a decir que no?" Y yo, sin quererle dar ninguna importancia, pues aceptaba y punto.

Más tarde, dejándome llevar por no sé qué extraña inercia imperativa, yo mismo tomé la iniciativa en más de una ocasión y mostré mi intención de ser amiguito de terceras personas -la verdad es que prefiero la palabra "contacto", pero ese es otro tema-.

Hasta ahí todo bien. De un modo muy superficial -pues sería ingenuo tener otras aspiraciones- podía tener noticias sobre unos y otros, y me alegraba encontrar fotos y saber por donde se encontraban, lo cual compensaba de algún modo mi temor, quizás paranoico, de que alguien sacase temas personales espinosos "en público" o de que algún amigo hijodeputa, que también los hay, cometiese la imprudencia de colgar alguna foto en la que apareciese yo, por ejemplo, haciendo un calvo.

En un principio, por lo tanto, la función del invento parecía clara y sencilla.

¿Cuándo surge, entonces, el problema?

El problema surge cuando, de pronto, me entero de que mi amiga Hermenegilda es una fruta, en concreto un melón, o de que Roberto es la canción "Amo a Laura, pero esperaré hasta el matrimonio", de Los Happiness.

¿Que mi amiga es una fruta? ¿Que mi amigo es una canción? Tampoco le di importancia, me lo tomé como un juego que incluso tenía su gracia, nada más. Pero no quedó ahí la cosa.

Con el tiempo se fueron multiplicando este tipo de intervenciones en Feisbuk, cobrando incluso mayor importancia que los propios mensajes entre usuarios. Preguntas del estilo de "¿Qué personaje de X-Men eres?" se volvieron más que habituales. Gracias a ello, cada vez que me conecto, aprendo algo nuevo sobre mis amigos. ¿Dije antes que Feisbuk es superficial? Lo retiro.

Ahora sé, por ejemplo, que mi amigo Joaquín es miembro del grupo "I love David Hasselhoff like he was my own father" ("Quiero a David Hasselhoff como si fuera mi propio padre").

He sabido también que a Agustina le ha dicho una galleta de la fortuna -una galleta parlante, supongo- que no sea tan impaciente y que exprese sus sentimientos. Y saber que yo, a las galletas, me las como. Si las dejara hablar, a lo mejor me podrían solucionar un par de dudas existenciales de esas que me persiguen desde la infancia, como por ejemplo, por qué puñetas los mosquitos se callan exactamente en el mismo instante en que enciendo la luz para buscarlos.

Fabiola, otra que bien baila, forma parte del grupo "Yo también muerdo las pajitas de los refrescos cuando acabo", y ahora me entero yo de que lo que bebía Fabiola era refresco. Sin comentarios.

Otro, Manolo. Manolo es el no va más. Ha hecho un test de hijoputismo. Sí, como lo leen, de hijoputismo, y le ha salido que es normalito, o sea, que su madre es puta normal.

A Arturo, en otro test -¿quién los diseña?- le ha salido que entre los personajes de Disney, él es Blancanieves. A causa del citado test, Arturo ha abandonado su prometedora carrera como jugador de rugby y ha decidido estudiar Jardín de Infancia, para de este modo rodearse de enanos. Ahora afirma que le entusiasma cantar con los pajaritos cuando pasea por el bosque, al tiempo que nos pide que, por favor, de ahora en adelante le llamemos Arturito.

Y como estos casos que os cuento, muchos más.

Mis amigos, antes personas a las que yo consideraba razonablemente cuerdas y medianamente inteligentes -como mínimo-, ahora se han vuelto canciones de Hombres G, se han vuelto personajes de El Padrino o de El Señor de los Anillos, se han vuelto flores, frutas, se han vuelto días de la semana, meses y estaciones del año...

Mis amigos... ¡Qué demonios! ¡Mis amigos se han vuelto subnormales! Si no, no entiendo lo que les está pasando. Les falta un riego... o dos. O posiblemente ya estuvieran así antes y yo no me he dado cuenta hasta ahora, lo cual tampoco dice mucho a favor de mi propia inteligencia. De hecho, no crean, comienzo a dudar de ella. Y es que, como dije nada más abrir este artículo, temo que sea contagioso. Con tanto pseudotest de personalidad y metáfora feisbukiana, me ha acabado picando la curiosidad, y llevo días dándole vueltas a un tema que no puedo quitarme de la cabeza por más que lo intento. La cuestión es:

¿Y yo?, ¿qué personaje de Shin Chan soy?

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http://centaurodeldesierto.blogia.com/2009/070701-canal-sur-tv.php Ahí va otro artículito de centaurodeldesierto...

Patente de corso

Patente de corso

Aqui os dejo un enlace al articulo que Arturo Perez-Reverte ha publicado hoy en el suplemento dominical XL Semanal, del diario ABC.

ESA GENTUZA

Espero que disfruteis de la lectura.

 

Nota: La fotografia, aunque la he encontrado a traves de Google, es la misma que aparece en el suplemento.

 

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

ESCUELA PÚBLICA

 

Acabo de leer el artículo "Piscinas de verano" de mi gran amigo Alfonso. En él, a través de sus recuerdos infantiles, concluye en algo sobre lo que le oído hablar cientos de veces: La existencia de clases sociales, "un mal a exterminar".

Inmediatamente he recordado el debate que constantemente surge sobre las diferencias entre escuela publica y privada.

Yo lo tengo claro, me quedo con la escuela pública; y a la privada, que le den.

La simple existencia de estos dos modelos de enseñanza es prueba más que suficiente para demostrar lo que afirma mi amigo Alfonso, y que comparto al cien por cien: La sociedad está dividida en clases, como lo ha estado siempre.

¿Por qué prefiero la escuela pública? Por una sencilla razón. Porque además de las asignaturas que deben contribuir a la formación del bagaje cultural del alumno, la escuela pública proporciona una enseñanza que va más allá, pues se trata de la primera toma de contacto que el niño tiene con la realidad social, a la cual deberá enfrentarse el resto de su vida.

El alumnado de la escuela pública viene a ser, a grosso modo, una muestra representativa de la sociedad del lugar y del momento, pero a escala infantil. Fíjense, por ejemplo, en cómo han aumentado las matriculaciones de niños procedentes de otras culturas debido al aumento, también, de la inmigración. Cada niño aprenderá, o debería aprender, que no todos hemos nacido en igualdad de condiciones, pero que todos debemos ser tratados con el mismo respeto.

En la escuela privada, en cambio, esta diversidad se simplifica. La muestra de alumnos no es representativa de la sociedad, sino que es más homogénea, ya que para acceder a un colegio privado existe una criba económica. Los niños de papá serán compañeros de juego de otros niños de papá, y vivirán dentro de un mundo ficticio en el que se les privará del conocimiento directo y de la interacción con niños procedentes de entornos sociales diferentes al suyo. Dicho de otro modo, estos niños de la escuela privada crecerán en una burbuja que nada tendrá que ver con la realidad del mundo que les rodea. Y esa asignatura, el conocimiento de la realidad social, aunque no se refleje en los boletines de notas, a mí me parece fundamental.

Yo puedo asegurar que, en mi caso personal, a través de la escuela pública aprendí mucho sobre todo esto que estoy comentando, lo cual me ha evitado muchas sorpresas desagradables en la vida adulta.

De pequeño, procediendo de una familia muy humilde con una economia más humilde todavía, ya me codeaba con la hija del director del colegio, con los hijos del director de la sucursal de la Caja de Ahorros, con el hijo de un teniente de alcalde -que llegó a ser alcalde-, con la hija del actual Delegado de Educación de Cádiz, con el hijo de uno que había sido emigrante en Holanda, con otro cuyo padre se buscaba la vida "echando peonás" en el campo, etc. Con todos ellos me llevaba bien, pero siempre fui consciente -del modo en que los chiquillos pueden ser conscientes de algo-, del lugar que cada uno de nosotros ocupaba en la sociedad. Además, mi madre nunca tuvo reparos en recordármelo y, como no quería que me llevase ningun chasco, cada vez que me veía pasar mucho tiempo con algún hijo de empresario -por ejemplo-, me advertía cariñosamente: "Ten cuidado, Pedrín, hijo. Que esos niños, por muy amigos que sean, no son de nuestra clase... Ellos viven de otra manera, están acostumbrados a otras cosas". Muy sabia mi madre al emplear la palabra exacta, "clase". Pero bueno, también debo matizar que, debido a nuestra precaria situación económica, para mi santa madre, de otra clase podía ser cualquiera cuyo padre, simplemente, tuviese trabajo fijo.

Como muestra de lo que cuento, un botón, una pequeña anécdota que, ahora que soy mayor y habiendo transcurrido unos veinticinco años, me estremece cada vez que la recuerdo:

Una mañana, en clase, estábamos dando el tema del tiempo y las periodicidades, y teníamos que decir cosas que tuviesen lugar una vez al día, una vez a la semana, etc.

Bien, jamás se me olvidará el momento en que el maestro preguntó por algo que ocurriera una vez al mes. Pasados unos segundos, y pareciendo que a nadie se le ocurría nada, finalmente una compañera, hija del actual concejal delegado de yo no sé qué, contestó algo así como: "Cobrar el sueldo", a lo que todos asintieron e hicieron algunos comentarios en plan "¡Ahhh..., es verdad!".

Yo, uno de los alumnos más aventajados de la clase, no tenía ni idea de eso, no sabía exactamente de qué demonios estaban hablando. Y una vez que lo comprendí, o que sospeché por donde iban los tiros, me sentí desplazado. Inconscientemente, en mí se estaba forjando una enseñanza profunda e importante. De un modo subyacente estaba aprendiendo que no todos somos iguales, que existen clases, y que éstas están estrechamente vinculadas a la situación económica de cada cual. Ya de pequeño me estaba empezando a enterar de qué iba la pelicula. Y parte de esa enseñanza, por la cual me siento bastante agradecido, se la debo a la escuela pública.

 

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Piscinas de verano

Ahí os mando otra cosilla. Recuerdos de la infancia, jejejeje

 

La burbuja

Os dejo ahí un artículo para que visitéis mi blog. En el que os animo a añadir vuestros comentarios...

Los ricos también lloran

Veo en Cuatro el reportaje sobre Leonard Madoff, el tipo que ha estafado y se ha forrado a costa de gran parte de los ricos del mundo. La cara del tipo es serena, tranquila, incluso amable. Considerado hasta hace poco más de un año un auténtico genio de las finanzas, hoy se descubre como el mayor embaucador del mundo. Un tipo que desde su torre de babel urdía en su despacho cuasi en solitario un engaño de altura. Es curioso como gran parte de los forrados del globo, no contentos con sus abultadas cuentas corrientes, se cegaban con los beneficios seguros que prometía Madoff. La visión de este reportaje me muestra que los ricos también lloran, aunque a mí no me perturba lo más mínimo. No me provoca escalofríos, ni me estremezco, ni me solidarizo con la mujer que desde su chalé de varios millones de dólares exclama con voz quebrada que sólo podrá mantener la vivienda un par de años más. No me producen la más mínima empatía los manifestantes que esperan romperle la cara a este timador de alto-standing, tras haber invertido uno de sus tantos millones de dólares en lo que parecía la gallina de los huevos de oro. No me provoca ningún sentimiento cercano a la indignación ante tanta injusticia el ver como los millonarios de Palm Beach venden algunos de sus abalorios en las subastas...  Y es que el timo de la estampita elevado a alturas estratosféricas se hizo para los avariciosos, para los sedientos no del verde esperanza, sino del verde de los billetes. En la ciudad sin ley que es el orden financiero, Madoff no fue sino el alumno aventajado cuya codicia le hizo romper el caso. Es culpable, a pesar de su cara de no haber roto un plato, pero no más que todos los que invirtieron en sus fondos. No veo diferencias, soy ajeno al lenguaje y a los sentimientos con que se manejan los picatostes del capital. Algunos me llamarán insensible, quizás los mismos para los que conciben el mundo como si fuera un juego de Monopoly. Los ricos también lloran, pero de manera diferente al común de los mortales. A mí no me engañan, no estoy en el mismo barco que ellos.

 

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

EL HOMBRE QUE PARÓ EL MUNDO

(MICHAEL JACKSON)

 

El pasado viernes, en los informativos no se hablaba de otra cosa, y en la radio, así como en los canales musicales de televisión, los temas más emblemáticos de Michael Jackson se sucedían constantemente.

"El hombre que paró el mundo"- pensé. Y es que si en nuestro planeta sólo ocurriesen las cosas que vemos por televisión, el viernes Michael Jackson, con la noticia de su muerte, le puso frenos al mundo, y lo mantuvo en un paréntesis durante, al menos, un día entero.

El viernes no hubo guerra, no hubo bomba el viernes. Los políticos, los banqueros sin techo, los atentados, las pruebas nucleares, los juicios, los asaltos a mano armada, las violaciones, la fiebre... todas estas cosas se tomaron un respiro el viernes, no sucedieron, porque el viernes Michael Jackson le puso freno al planeta, él fue la única noticia.

Con Michael Jackson me ocurre lo mismo que con otros músicos, que sin considerarme seguidor suyo, sin sentir un especial entusiamo por su música, siempre he admitido que se trataba de un pedazo de artista de los pies a la cabeza. Y como melómano que me considero -no es la primera vez ni sera la última que hable sobre Música en Radio Celeste-, siempre he tenido como asignatura pendiente acercarme a su trayectoria, indagar un poco y conocerla mejor. Concretamente, siempre he sentido especial interés hacia sus años de infancia y adolescencia, cuando formaba parte de The Jackson Five junto a cuatro de sus hermanos, ya que lo poco que he escuchado del ellos hasta ahora me parece, sencillamente, de una frescura tal que supone todo un deleite para los oídos.

Mis primeros recuerdos sobre Michael Jackson, supongo que se remontan a 1983, pues son del videoclip de "Thriller". Yo era un crío aún y aquel vídeo, al igual que las películas de terror, me daba miedo, con su cementerio, su niebla y sus zombies removiendo la tierra para salir de las tumbas en plena noche y bailando como jamás lo hicieron en vida.

Y es que la aportación de Michael no se limitó al mundo de la Música, estrictamente hablando, sino que tuvo bastante que ver con la Música entendida como espectáculo.

Como bailarín era magnífico, llegando a popularizar el moonwalk, y el videoclip anteriormente mencionado, fue el primero de una serie que revolucionaría la industria videomusical.

Algunos de sus vídeos eran verdaderos cortometrajes cinematográficos en los que, como sucede con las películas, sus estrenos eran anunciados a bombo y platillo por todos los canales de televisión. Recuerdo especialmente el estreno de "Black or White", con media España pendiente de la tele. Su uso del morphing, efecto especial mediante el cual unas personas se transformaban en otras, incluso con el propio Michael transformándose en pantera, nos dejó boquiabiertos. Este videoclip, junto a la película Terminator 2 -del mismo año, 1991-, supusieron una revolución en el empleo de los efectos especiales mediante dicha técnica que , ahora como entonces, sigue haciendo las delicias de éste que les escribe.

Yo diría, y lo acabo de pensar ahora mismo, sin madurarlo, que Michael Jackson no tuvo una carrera musical, sino que, en cierto modo, tuvo varias. Si visionáramos vídeos a lo largo de toda su trayectoria, desde finales de los sesenta hasta esta década que aún nos ocupa, nos encontraríamos varios cantantes diferentes, con estilos musicales diferentes, registros de voz diferentes e incluso rostros diferentes, aunque esto ultimo es otro tema que, a mí personalmente, me interesa más bien poco. Dicho visionado sería suficiente para comprender que Michael Jackson, el hombre que hace dos días le puso frenos al mundo, el mismo que solía pasear por la Luna cuando bailaba sobre un escenario, era un artista de un talento excepcional, que supo integrar en sus composiciones multitud de géneros musicales, desde el Funk o el R&B hasta el hard rock o la música dance.

Yo he llevado a cabo ese visionado este fin de semana y, habiendo disfrutado de lo lindo -en parte debido también a la nostalgia-, he tenido que lamentar dos cosas: La primera, la desaparición de Michael Jackson, y la segunda, no haber tenido un sombrero...

...Para quitármelo.

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¿Sólo negocio?

Buenas a todos. Perdonad la intromisión, que ya sé que está perdonada, pero esto que comentáis del "negocio" de ETA es algo en lo que no estoy de acuerdo. Sí lo estoy en que haya varios sinvergüenzas viviendo del tema, pero esa no es la base del problema ni el sustrato que se haya en el fondo de la cuestión.

ETA, no lo olvidemos, surge en oposición, como oposicíón a la represión franquista, al régimen autoritario de la época. Y surge con el apoyo de muchos de los que ahora afachan la cabeza (PNV, PCE, PSOE...) e incluso ahí documentos por ahí en los que se habla de la delegación en ETA de la lucha antifranquista en Euskadi y se les considera los maquis de esa zona de España.

Tras ello llega esta pseudodemocracia en la que quieren que creamos, y la verdad es que el asesinato por el asesinato deja de tener sentido. Mejor dicho, se comienza a asesinar por asesinar, sin aparato ideológico y de lucha antirepresiva detrás, por lo que deja de tener sentido. A partir de aquí deja de tener sentido esa barbarie de asesinatos. Pero, por favor, que nadie me niegue que el día en el que mandaron a paseo a Carrero Blanco no hubo ni un sólo demócrata español que no brindará con champán. Eso es así nos guste o no. Y en ese punto nos allanaron bastante el camino.

Dicho todo esto, el problema de ETA no es que sea  una empresa generadora de beneficios, sino más bien que ha sido una estructura generadora de odios de gran calado: cuando te pasas años educando a tus jóvenes en el odio porque te conviene, es muy complicado convencer después de que no es verdad lo que les decías. Pasaen Irlanda con el IRA auténtico y demás: no es que los que firmaron el acuerdo de paz dejen de estar de acuerdo: es que educaron a tanta gente en el odio, que ahora es imposible que todos dejen aparcado ese odio y por ello hay personas que siguen matando de vez en cuando. Están descontrolados, no hay una estructura política que de la orden, pero sí hay una estructura política que los crío odiando. Y ahora tienen que respoder por ello.

Yo creo que con ETApasa eso. No hay nadie de los históricos que a estas alturas esté de acuerdo con la estrategía armada... pero están sus cachorros a los que también enseñaron. Y cuatro hijodeputas que viven del cuento, claro. Pero, por favor, no simplifiquemos las cosas. Nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos.

Referente a ETA

Con permiso de mi hermano,  en vez de comentarle su anterior artículo sobre ETA (que es lo que empecé haciendo) voy a poner mi opinión directamente en este post.

Negocio, es la palabra. La viuda de este inspector de policía lo dijo claramente: "nadie se atreve a acabar con este negocio, que es lo que es esto, un negocio". Para ETA en impuestos revolucionarios (y de rebote de los ayuntamientos que dominan con sus brazos políticos "camuflados").  Los partidos en réditos electorales positivos suyos o negativos del contrario y las televisiones y demás medios de comunicación explotando las "primetimes" por el morbo de la noticia (si no lo hay se pone).

No sé si habéis visto la película española “LOBO”, va sobre un infiltrado en ETA y si nos creemos lo que nos cuenta (puede ser así de verdad, porqué no) es muy duro todo el trasfondo político del tema. Os la recomiendo.

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

RADIO CELESTE, por Pedro Pérez Linero

CANAL ETA TV

 

El pasado viernes ETA cometió su último atentado hasta la fecha, acabando con la vida del policía Eduardo Antonio Puelles.

Cada vez que tiene lugar un atentado viene a ocurrir más o menos lo mismo. De hecho, no necesito ver los noticiarios para hacerme una idea de lo que habrán dicho en España pues, desgraciadamente, he visto la película ya demasiadas veces, y siempre es igual.

Supongo que nada más saltar la noticia, el lugar del atentado se habrá petado de periodistas. El reportero de turno no se habrá podido acercar demasiado debido a un cordón policial, pero sí lo suficiente como para lograr, gracias a la destreza del cámara, un buen plano que pueda servir para las conexiones en directo que habrán tenido lugar cada quince minutos para decir lo mismo cada quince minutos.

El presidente del Gobierno o la portavoz o quien sea, habrá dado una rueda de prensa. Habrá dicho que el cerco a ETA se está estrechando, que este atentado ha sido un acto desesperado por parte de la banda terrorista, que a ETA en realidad lo que le quedan son dos telediarios, etcétera, etcétera.

El portavoz de la Oposición, para no ser menos, también habrá ofrecido su propia rueda de prensa y habrá dicho las mismas majaderías, exactamente las mismas. Parece que en España los políticos sólo se ponen de acuerdo cuando ETA acaba de matar a alguien, qué triste.

Se habrán convocado manifestaciones, y posiblemente en alguna de ellas algún familiar de la víctima leerá un manifiesto. También se habrán convocado minutos de silencio en las puertas de los ayuntamientos, y en los telediarios pondrán imágenes de los actos celebrados en las ciudades más emblemáticas, así como imágenes de la localidad donde haya tenido lugar el asesinato.

Ante todo esto tengo que decir, para empezar, que un atentado, ya de por sí, me parece indignante. En un crimen como éste no hay justificación que valga, no la hay y punto, pero además, hay otros aspectos de los que no se suele hablar y que a mí, personalmente, me parece que hacen flaco favor a la lucha antiterrorista.

Desde mi punto de vista, que ETA cometa un atentado no es síntoma de debilidad por parte de la banda terrorista -como afirman los políticos-, es síntoma de fortaleza, qué demonios. Me parece un insulto a la inteligencia de los ciudadanos que el mismo día de un atentado nos digan que la banda está en las últimas. Como diría un colega, "Me ofendería menos si me llamasen hijoputa". Llevo escuchando la misma cantinela sobre la inminente desaparición de ETA desde que tengo uso de razón y, ¿aun pretenden que me la crea? Joder, que acaban de matar a un hombre, ¿es que creen que somos gilipollas y nos chupamos el dedo, o qué?

Otra cosa que me repatea es la cobertura mediática que se le da siempre a estos hechos. Si bien es cierto que los medios de comunicación han contribuido notablemente al rechazo social existente actualmente contra ETA, también contribuyen, a mi entender, a que ETA se haga más fuerte aun.

La palabra "terrorismo" procede de "terror". De hecho, la segunda definición sobre "terrorismo" que aparece en el diccionario de la R. A. E. dice que es una "sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror". Por lo tanto, el objetivo inmediato que se persigue no es sólo matar sino también aterrorizar a los que quedan vivos. Y para aterrorizar a los que quedan vivos éstos deben enterarse de que el atentado ha tenido lugar. Los medios de comunicación, en este aspecto, tienen como efecto colateral el hecho de que suponen una herramienta perfecta a disposición de los asesinos.

Lo que se hace siempre que tiene lugar un atentado es darle cobertura mediática a una banda terrorista. No sólo es que salgan por la tele, es que además se les ofrece las horas punta y las horas sin punta, todas las franjas horarias y en todos los canales. Y para colmo, gratis; un chollo, vamos.

Hace años vi una miniserie de género fantástico en la que los protagonistas acabaron con una bruja utilizando la táctica de ignorarla por completo. El poder de la bruja residía en que necesitaba que los demás supieran que ella estaba ahí y que era peligrosa. Por lo tanto, decidieron hacerla desaparecer pasando de sus llamadas de atención como de la misma mierda. Pues con el caso de ETA ocurre algo parecido, sólo que no nos aplicamos el cuento.

Si en vez de darle tanto bombo, las noticias sobre sus atentados pasasen un poquito más de puntillas, posiblemente otro gallo cantaría.

No quiero decir con ésto que se debería ocultar información a la población, ya que eso sería censura. La población tiene derecho a estar informada, y si hay un atentado, debemos saberlo.

Lo que quiero decir es que se debería dar la noticia, pero siendo breve, conciso y lo más objetivo posible. Nada de repetirla constantemente ni de conectar en directo con el lugar de los hechos, ni de ponerles un micrófono a los ex-compañeros, amigos o familiares de la víctima, ni ninguna de todas esas cosas que son tan habituales. Y por favor, nada de imágenes a cámara lenta con musiquita de violines para cerrar la edición del telediario, que no sería la primera vez.

La noticia habría que darla del mismo modo que se hace con las culturales, lo mismito, o sea, sin darle ningún tratamiento extraordinario. Recordemos que, a fin de cuentas, la importancia de una noticia no reside tanto en el hecho acontecido sino en el tratamiento que de éste se lleva a cabo a través de los medios de comunicación.

Y los políticos deberían dejarse de ruedas de prensa y de convocatorias de manifestaciones, así como de hacerse los duros con frases más propias de una película de Clint Eastwood, que para lo único que sirven es para hacer el ridículo delante de los terroristas. Si acaso podrían emitir un comunicado oficial del Gobierno, que el comunicado fuera más soso que una receta de cocina, y va que chuta.

Aunque lo que comento pueda sonar un poco descabellado -pues estamos demasiado acostumbrados a la sobreinformación-, creo que este tipo de medidas también podría contribuir a la lucha antiterrorista, junto con las ya existentes.

Por mi parte, quizás hubiera sido más constructivo hablar esta semana del Día Mundial de la Música, que es hoy, o de Vicente Ferrer, que también falleció el viernes, dejando un legado basado en la solidaridad y en la erradicación de la pobreza. Quizás hubiera sido más util y más saludable escribir sobre estos temas, pero a veces hay que elegir. Sólo espero que al menos, los de la tele, entre la bomba y la repetición de la bomba, se hayan acordado un poquito de estos otros asuntos y no los hayan eclipsado totalmente.

 

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